El Dios Cernnunos

Cernunnos, también es conocido como “Dios Ciervo”, “Dios Verde”, “Señor del Bosque”, y el “Gran Padre” por mencionar alguno de los apelativos más populares. A pesar de ser considerado uno de los dioses más poderosos pertenecientes a la mitología celta, jamás reinó en el panteón de los dioses.

Dios celta, Cernunnos, que se entiende como “El Cornudo” o “El Astado”. Es una deidad masculina con una majestuosa cornamenta, he ahí los nombres con los que se le conoce, piernas cubiertas de un pelaje salvaje, algunas veces es descrito con barba; llevando siempre collares o torques acompañado siempre por una serpiente cornuda. En muchas historias, dicen que el dios estaba dotado con un gran miembro constantemente erecto.

El Gran Padre, deidad de la fertilidad, virilidad, lujuria, abundancia, renovación y regeneración. Su animal protegido y emblemático, era el ciervo, por las astas que ambos poseían. El ciervo, especialmente el que estaba en celo, fue considerado y tratado por las tribus celtas como una criatura divina.

Amo y señor de los bosques, desde los arboles hasta los musgos; de los animales salvajes, terrestres y marinos. Su esencia misma representa a la naturaleza. Su cornamenta, símbolo del ramaje, es sinónimo de fortaleza, supremacía y perennidad, y la serpiente cornuda que lo acompaña corresponde a la virilidad, fertilidad, prosperidad y abundancia.

Además de estar constantemente acompañado por la serpiente con cuernos, se le veía y representaba rodeado con otros animales, leones, osos, lobos, ciervos y toros, eran los más comunes, dando a entender que era “El Señor de las Bestias”.

Se sabía que era un dios que le rendía respeto y prodigaba el amor por la vida y los seres vivos, por eso los cazadores solo se atrevían a tomar lo justo y necesario del bosque, tanto con los animales que cazaban como con los frutos que recolectaban, pues no querían hacer molestar a su dios y tener que atenerse a pésimas consecuencias, como sería que maldijese sus futuras cazas.