Curso Runas de las Brujas – Clase 2 de 9

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La Búsqueda

(Fragmento del libro: Runas caminando hacia el oráculo).

La búsqueda de los elementos para realizar tus runas está repleta de aprendizajes. Uno cree que yendo de paseo en busca de algunas gemas y un lindo paño resuelve su dilema; sin embargo, obrar de esta manera, nos devuelve al mismo punto de partida, ya que falta algo fundamental que es la conexión con la madre naturaleza, el escudriñar en ella y vivir la experiencia de la búsqueda. Miren este ejemplo y vean de qué les hablo: Escuché una vez hablar de un mago que decidió que era momento de crear su oráculo rúnico, el cual lo acompañaría todo el resto de su vida… Él sabía que no sería tarea fácil, dada la importancia del sentido que pretendía darle, así que lo primero que hizo fue sentarse bajo el viejo Sauce del jardín de su casa donde solía recostarse a pensar y filosofar a solas, pero esta vez se concentró en dejar que la imaginación fluya y traiga una imagen, una señal, algo de su interior que lo guíe hacía los elementos adecuados… Pasados algunos días de soñar despierto y realizar este proceso, obtuvo su fruto, fue un lejano recuerdo de un lugar al que no frecuentaba hacía ya mucho tiempo, del cual tenía hermosos recuerdos: una infancia donde soñar aventuras épicas, y ser parte de ellas, eso lo era todo, “Cierra de la ventana” Ya tenía el lugar, solo hacía falta encontrar el momento adecuado para emprender su viaje. Sin escatimar en nada y teniendo solo su objetivo en su mente partió a su aventura, ansioso por vivirla y ávido de grandes expectativas…Al acercarse a su destino pudo divisar la silueta montañosa en el paisaje y sentir el particular aire, con esa pureza natural que lo caracteriza. Lo único que paso por su mente en aquel entonces fue el nostálgico interrogante de por qué espero tanto para visitar nuevamente este lugar, siendo que la distancia no era gran cosa y significaba tanto para él. Al pisar tierra firme, se tomó unos minutos para degustar el momento y buscar un buen sitio para acampar, ubicó la carpa y dedicó el día entero a su búsqueda, conectarse con la naturaleza, cargándose de esa energía tan particular que tiene el lugar mientras disfrutaba de hermosos recuerdos que éste le traía a su memoria en su recorrido… Pero pese a toda su dedicación las horas pasaron y por más que buscó, no encontró lo que tanto deseaba, nada de lo que veía le resultaba convincente y la desilusión comenzaba a acecharlo. Finalizó el día pensando en que, quizás, no era el momento y la frase que tantas veces había leído entre libros “el oráculo se acerca al mago” resonaba una y otra vez en su cabeza.

Luego de meditarlo un poco frente a la fogata con la panza llena de una buena comida campestre, con un cielo estrellado, llegó a la sincera conclusión de que, lo que deseaba y lo que necesitaba, no siempre son la misma cosa. En aquel momento él deseaba un elemento para sus runas, pero lo que verdaderamente necesitaba era un descanso y conectarse más con ese espíritu natural que a su vez traía preciados recuerdos a su corazón olvidadizo. A la mañana siguiente sintió que su cuerpo había recobrado toda su energía y vitalidad, pero no tuvo más remedio que levantar el campamento, ya que sus responsabilidades mundanas no le permitían quedarse más tiempo. Un tanto afligido por esto, comenzó a emprender la vuelta a casa; al hacerlo, le pareció mejor, para levantar el ánimo, optar por el camino más viejo, el cual, ha quedado un tanto en desuso por el deterioro que, sufrido por el tiempo, sumado a que es más largo. Pero el cautivante paisaje serrano perdura más tiempo en el horizonte durante el viaje. Lo que él no recordaba de dicho camino, era que fue construido entre las sierras, removiendo fragmentos de ellas, por partes, para que el camino pase por allí, dejando por sectores un paisaje rocoso donde se podían divisar distintas capas de tierra y piedra en una diversa gama de colores. Al redescubrir y recordar el paisaje, se detuvo sin pensarlo, para poder, aunque sea, tocar la imponente amurallada natural. La simple, cautivadora belleza… Comenzó a sentir el tacto de la roca y fueron sus manos las que descubrieron de una manera inconsciente y por simple disfrute a esa, tan particular piedra, suave al tacto y ordinariamente normal a la vista, pero con una energía tan sólida como imponente del lugar. Entendió es día, que para poder encontrar lo que deseaba, debía dejar de buscarlo. No planificar tanto y ni obsesionarse, solo era necesario tener confianza y dejarse fluir… ya que, si era para él, solo se le acercaría… claro que en el momento adecuado. ¡Además, él había salido con la idea de algo majestuoso y comprendió que no hay forma, color, brillo, ni nada que haga algo más especial que el hecho de que uno sienta que es especial…y si así lo crees…así es! Así que espero que esta experiencia pueda recordarles cuán importante es la búsqueda, elección y creación de sus runas, ya que la experiencia que vivas en este proceso es enteramente tuya y por más que el resultado sea el mismo (tener tus runas) podemos hacerlo algo especial en nuestra vida y no algo más del día a día…

Recuerda que cualquier elemento natural te servirá para tus runas: piedra, madera, gemas, arcilla, cerámica, etc. Elementos como el metal no se los utiliza porque están intervenidos por la mano del hombre y por ende no tienen la energía pura de la naturaleza.

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