
Significado y alcance del Rede Wicca
El Rede Wicca no se concibe como una ley externa impuesta por una deidad o una estructura institucional, sino como un código ético de carácter personal fundamentado en la responsabilidad individual. El practicante wiccano es considerado un sujeto dotado de poder —derivado tanto de la práctica mágica como de su relación con la naturaleza—, y tal poder implicar una responsabilidad proporcional.
En este sentido, la denominada «Ley del Tres» o «Ley de Retorno» se erige como la consecuencia cósmica de la adhesión o transgresión del Rede. Según este principio, toda energía emitida al universo sea positiva o negativa, retorna al emisor multiplicada por tres. Así, el Rede trasciende su función de norma moral para convertirse en un principio operativo de la magia: emplear la magia para causar daño implica recibir dicho daño triplicado, mientras que su uso benéfico genera un retorno igualmente amplificado de bienestar.
Constituye el principio ético fundamental, configurándose como una máxima sucinta que orienta la conducta moral de sus adeptos. Habitualmente denominado simplemente «el Rede», su formulación íntegra reza:
«An it harm none, do what ye will.»
Traducido del inglés arcaico, este enunciado se interpreta como:
«Mientras a nadie dañes, haz lo que quieras.»
Para aprehender en profundidad su alcance y significado, resulta imprescindible descomponer y analizar sus dos componentes principales:
- «An it harm none» (Mientras a nadie dañes)
- Esta primera cláusula establece un límite ético explícito y esencial, prohibiendo la provocación de daño tanto de manera intencionada como por negligencia. El concepto de «daño» se entiende en sentido amplio, abarcando diversas dimensiones:
- A uno mismo: La Wicca rechaza toda forma de autolesión o autoboicot, propugnando el respeto y el cuidado personal.
- A otras personas: Se proscribe el uso de la magia o cualquier acción destinada a manipular, coaccionar o perjudicar a terceros.
- A los animales: Se fomenta una actitud de respeto y protección hacia todas las criaturas vivas.
- A la naturaleza y el medio ambiente: En tanto que religión de la Tierra, la Wicca considera que los actos de contaminación o destrucción de hábitats naturales contravienen sus postulados esenciales.
Esta primera parte del Rede es la que distingue a la ética wiccana de las concepciones populares asociadas a la «magia negra» u oscurantista, estableciendo un paradigma de no maleficencia como base moral.
- «Do what ye will» (Haz lo que quieras)
- La segunda cláusula, frecuentemente objeto de interpretaciones erróneas, no implica una licencia absoluta ni la apología del hedonismo desenfrenado. Su verdadero sentido se halla intrínsecamente vinculado a la limitación impuesta por la primera parte. Similar en formulación al aforismo de Aleister Crowley, «Haz lo que quieras será toda la Ley», en el contexto wiccano esta máxima alude a la búsqueda de la voluntad verdadera o el propósito superior del individuo.
- Seguir el propio camino espiritual: La Wicca promueve la libertad de creencias y carece de un dogma rígido, alentando a cada practicante a descubrir su propia conexión con lo divino.
- Actuar con intención y conciencia: Todas las decisiones y acciones deben ser meditadas y ejecutadas con pleno conocimiento de sus potenciales repercusiones, en consonancia con el principio de no causar daño.
- Expresar la propia esencia: Constituye una invitación a la autenticidad y a la vivencia armónica con el ser interior, sin supeditarse a las convenciones sociales o expectativas externas
Autores de la rede Wicca
La génesis y autoría de la Rede Wicca presenta una complejidad significativa, resultado de la confluencia de diversas figuras y tradiciones que han contribuido a su formulación actual. No obstante, la persona más directamente vinculada con la versión más ampliamente reconocida es Doreen Valiente.
A continuación, se expone un análisis de los principales orígenes y atribuciones:
- Doreen Valiente y Gerald Gardner: En los albores de la Wicca moderna, durante la década de 1950, Gerald Gardner, considerado el fundador de dicha corriente, poseía un «Libro de las Sombras» donde se recopilaban los rituales y textos fundamentales de su tradición. Una parte sustancial de este material fue adaptada o tomada de fuentes diversas, entre las que destacan los escritos del destacado ocultista Aleister Crowley. Doreen Valiente, quien ostentó el rol de suma sacerdotisa principal de Gardner, manifestó reservas sobre algunas de estas influencias, al considerarlas inapropiadas para la Wicca. Con el consentimiento de Gardner, Valiente procedió a reescribir y editar una parte considerable del contenido del Libro de las Sombras. Es en el transcurso de esta revisión cuando se atribuye a Valiente la formulación de la versión más concisa y directa del Rede: «An it harm none, do what ye will». Ella presentó esta formulación como un principio axial de la ética wiccana, dotándola de una claridad y relevancia de las que carecían los textos primigenios.

Gerald Gardner y Doreen Valiente
Lady Gwen Thompson: Posteriormente, en la década de 1970, la Rede adquirió una forma más extensa y poética. Lady Gwen Thompson, fundadora de la tradición neopagana «New England Coven of Traditionalist Witches», publicó en la revista Green Egg un poema titulado «The Rede of the Wiccae», compuesto por 26 versos, en cuya conclusión aparece la frase central «An’ ye harm none, do what ye will». Thompson atribuyó la autoría del poema a su abuela, Adriana Porter, si bien esta atribución ha sido objeto de controversia. No obstante, su versión poética contribuyó de manera significativa a la difusión y consolidación de la Rede en la comunidad pagana, especialmente en Estados Unidos.

Lady Gwen Thompson
Fuentes anteriores e influencia de Crowley: La segunda parte de la frase, «Do what ye will», constituye una adaptación directa de la máxima de Aleister Crowley: «Do what thou wilt shall be the whole of the Law». Sin embargo, el significado en el contexto de Crowley difiere sensiblemente, pues hacía referencia a la búsqueda y cumplimiento de la «verdadera voluntad» individual, sin incorporar una restricción ética explícita como la de «mientras a nadie dañes». El mérito de Valiente radica precisamente en la integración de este concepto de voluntad personal con una prohibición expresa de causar daño, configurando así un principio ético que conjuga libertad y responsabilidad.
Seguir las leyes Wicca debemos,
En Perfecto Amor y Perfecta Confianza
Vivir y dejar vivir
Justamente dar, y recibir.
Tres veces el círculo haz de trazar
Para los espíritus malignos así echar
Siempre, al hechizo finalizar
Debe al decir el hechizo rimar
De toque gentil y suave mirada
mucho escucha, habla nada.
Ve en Deosil al crecer la Luna
Cantando de las Brujas la Runa
Widdershing al menguar la Luna
Cantando de desaparición la Runa
Si la luna es nueva, de la Señora
Dos veces la mano besaras ahora
Cuando en su cenit está la luna
Lo que desea tu corazón busca.
La ráfaga del Norte debes escuchar
Echar la llave, las velar bajar
Cuando del Sur el viento viene
El amor te besará en la boca.
Cuando el viento sopla del Oeste
Las almas descarnadas no descansarán
Cuando el viento sopla del Este
Espera lo nuevo, arma la fiesta.
Nueve maderas en el caldero van
Rápido y lento quemarlas deberás
El Saúco es el árbol de la Dama
No lo quemes, o maldito estarás
Cuando la Rueda comienza a girar
Arder los fuegos de Beltane debes dejar
Cuando a Yule ha girado la Rueda
Enciende el tronco y el Astado reina
Cuida tu Arbusto, Árbol y Flor
Bendecidos por la Señora son.
Donde las ondas del agua van
Tira una piedra, sabrás la verdad
Cuando una verdadera necesidad tengas
A la codicia ajena no servirás
No pases tiempo con el tonto
Si no quieres ser considerado su amigo
Feliz encuentro, feliz partida.
Abrigan el corazón, encienden mejillas
La ley de las tres veces debes recordar
Malo tres veces, bueno tres veces
Cuando la mala suerte te persiga
Una estrella azul en tu frente lleva
Siempre fiel en tu amor debes ser
o tu amor infiel te será
Siete palabras La Rede Wicca es:
Haz lo que quieras, a nadie dañes.